Ilustre y Muy Antigua Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Nazareno,
María Santísima de la Amargura y Santa Mujer Verónica (Nazarenos - El Encuentro)

martes, 5 de febrero de 2013

"ENCUENTRO 2013"



PRESENTACIÓN DEL CARTEL DE LA SEMANA SANTA 2013 DE LA ILUSTRE HERMANDAD DE NUESTRO PADRE JESUS NAZARENO Y MARÍA SANTÍSIMA DE LA AMARGURA.

IGLESIA DE SAN ANTONIO DE PADIA
2 DE FEBRERO DE 2013


Sr. Consiliario de la Ilustre Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Amargura, con su permiso.

Sr. Hermano Mayor, Junta Directiva, Hermanos Mayores y representantes de hermandades y asociaciones, autor de la fotografía, fieles que nos acompañan, bienvenidos y buenas noches.

Me sirve vuestra asistencia como manto de paz. Gracias por confiar en mí para la presentación de este cartel y por darme la dicha de rodearme un día más, casi llegada nuestra ansiada Cuaresma, de cofrades y amigos con los que comparto tantas experiencias.

Los asiduos a estos actos, conocemos de sobra los principios de las palabras del que aquí, en este también, esta designado a cumplir con las responsabilidad que le han confiado.

No hablaré de la llamada del Hermano Mayor, ni de la noticia de ser designada presentadora del cartel, ni cuales fueron mis miedos y alegrías en ese momento, ni tampoco del día que recibí la fotografía elegida.

Cualquiera que lo haya vivido, y los que no, se lo pueden imaginar, saben como son esos instantes.

Mi prioridad hoy no es extenderme mucho y hablar, con el mayor respeto, de este cartel y lo que, en mi humilde opinión, representa.

Hace años, hablando con un amigo gran aficionado a captar instantáneas, me dijo estas palabras: "el amante de esta afición solo intenta poner a disposición de los demás el momento más hermoso que ve su retina"

Y desde ese día, esta que les habla, admira cualquier fotografía con sumo cariño y respeto. Hoy, aun con la presencia entre nosotros del fotógrafo autor del cartel, me corresponde hablar del mismo. Mi admiración ya desde este instante va dirigida a ti, Fernando. Permíteme elogiar tu trayectoria y esa generosidad tuya de mostrar a los demás momentos tan sublimes.

Fernando Navarro Blanco, cofrade de las hermandades almerienses del Santo Entierro y Prendimiento, es un joven que, desde pequeño ha sido gran amante de la Semana Santa. Más aún, diría yo. Cristiano y cofrade capaz de vivir una Semana Mayor siendo químico mezclador de fe y afición. Diría aún más, y desde el ámbito personal, que me siento más cercana a él por compartir día a día el mismo espacio en nuestras jornadas. Fernando, en el silencio de las aulas de Secundaria del colegio Stella Maris en sus horas de estudio, y yo, en el bullicio y la pureza de los infantes del mismo centro.

Fernando descubrió la fotografía hace poco más de un año y, desde entonces no ha dejado de aprender. Desde aquí te digo que tu constancia e ilusión harán posible que veas realizado ese sueño tuyo de ser un gran fotógrafo. Hoy recibes tu primer premio de fotografía y, la verdad, nunca las primeras veces de todo, han sido tan buenas. Muchas Felicidades y enhorabuena.

Con el permiso del Hermano Mayor, ruego seas tu mismo quien descubra esta magnífica estampa.

Amargura
Por las calles de Almería
lloras tu pena y dolor
y en esas lágrimas tuyas,
nos vas regalando el Amor.

Amargura
La fidelidad sin medida
La más grande de las entregas
Las más pura y la más bendita
Claro ejemplo de lealtad
Diciendo, desde el primer día
"Hágase en mí, según tu voluntad"

Simplemente este cartel lo dice todo.

La cara de la Virgen de la Amargura. El llanto más amargo. La pena más honda. La angustia más profunda. El dolor más desgarrador y la tristeza mas punzante.

El conjunto destaca en sí por la elegancia en la vestimenta, el azul terciopelo del manto y el rostro enmarcado en suaves pliegues que recaen sobre sus hombros. Un pecherín cubre su saya rojo sangre y, sobre él, bordado en hilos de oro el corazón, el puñal de la amarga fidelidad. En su frente, la corona en oro, pincelada de estrellas y perlas, muestra a María como Reina, reina Madre de un Rey.

La Amargura eleva la mirada al cielo, en señal de dolor, mostrando un afligido semblante, que destaca aún más, con, con el ceño profundamente marcado y las cejas muy juntas. Momento que señala la subida al Calvario de su Hijo. Ese nazareno que, delante suya, avanza sudoroso y sediento. y tras El, la desconsolada Madre, de Amargura y dolor llorosa, tiñiendo de luto ese cielo al que alza su mirada atormentada, en un último anhelo de esperanza.

Su rostro, ovalado y carnoso, marcado por la tristeza, herido por el desánimo, acoge lágrimas de sufrimiento.

La boca, ligeramente entreabierta, deja escapar una súplica, un lamento, el dolor incontenido que se derrama del alma. hoy, mirando a la MAdre, conociendo ya el fin de aquella amarga historia, sabiendo la realidad de cada paso que dio Jesús, tal vez escuchemos de sus labios: ha merecido la pena sufrir por Cristo.

Se hará presente este cartel, la tarde de Jueves Santo.

Serán tus lágrimas Madre Mía
como dos finas perlas.
Será tus ojos, María
La súplica que al cielo se eleva.
Será tu dolor solitario
ese que solo puede comprender
aquel que va para el Calvario.
Y será tu Amargura,
como siempre ha sido,
voz del pueblo que te canta
En saetas tu quejido.

"Aunque una gran desventura
se refleja en tu semblante,
eres tan guapa, Amargura,
que quien te mira un instante,
se asombra de tu hermosura"
(1959)

Muchas gracias al Hermano Mayor y su Junta Directiva por concederme este privilegio de presentar el cartel. Desde hoy seremos todos los que disfrutemos esta estampa por las calles de la ciudad.

Desde hoy, y hasta el día que nuestra Madre, cruce el umbral de San Antonio para derramar su Amargura por el asfalto almeriense. Rodilla en tierra, sus costaleras y costaleros, a la voz firme del capataz, irán arrastrando lágrimas hasta su salida, donde será el aplauso del cristiano y la fidelidad del barrio los que la alcen para poder contemplar el rostro de la Iglesia, para poder descubrir el modo de ser Iglesia porque en la grandeza de su fe, en su inquebrantable esperanza y en su amor fiel, María es modelo de la Iglesia.

Señoras, señores, no dejen de mirar su rostro.

Es Ella, con su dulzura, su pureza, su amargura, la que nos lleva a nuestro Señor Jesucristo: la fe, la fuerza y esperanza de todo cristiano. Porque esta Amargura de Jueves Santo, derrama por la muerte de Jesús, gotas de llanto. Una muerte necesaria, que nos lleva con alegría a su Resurrección y a la vida eterna.

Señoras, señores, no dejen de mirar su rostro.

Muchas Gracias.


Raquel Criado Allés.

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